Gestión y seguridad del arbolado

La gestión del arbolado es una labor que contempla los siguientes aspectos:

  • Planificación de la plantación: mediante la elección de especies que sean idóneas tanto a las condiciones ambientales y edáficas como al espacio disponible.
  • Mantenimiento del arbolado existente.
  • Eliminación de ejemplares decrépitos y sustitución por otros, ya sea de la misma especie o de otra si esta no era la idónea.

Objetivos

Los objetivos principales del Programa de Gestión y Seguridad del Arbolado van a consistir no sólo en la conservación de los ejemplares arbóreos en un correcto estado fitosanitario si no, sobre todo, en prever las posibles situaciones que pueden comprometer la sanidad vegetal y la seguridad de las personas y actuar en consecuencia, minimizando el riesgo de daños por fractura de ramas o caída de ejemplares ante situaciones de fuerza mayor. Para ello se realiza la evaluación del estado sanitario y de la estabilidad del arbolado mediante inspección visual y pruebas de comprobación instrumentales.

Inspección visual

Los accidentes por fractura y caída de ramas o de árboles pueden ser imprevisibles, ya que pueden producirse sin causa aparente o por diversos factores como el denominado “Summer branch drop” (rotura de ramas sin motivo aparente en verano) o temporales de fuerte lluvia y viento. En otras ocasiones el mal estado del árbol es más evidente por lo que la inspección visual es imprescindible para detectar y evitar situaciones de riesgo previsibles.

En la valoración visual se valoran variables como la densidad foliar, altura y distribución de la masa foliar, medidas y coloración, la estructura de ramas y rebrotes, procesos de crecimiento o atrincheramiento, la madera de reacción, excesos de peso o exposición, defectos en uniones, codominancias, y tipología de la corteza.

El principal objetivo del análisis visual del arbolado es la detección de situaciones de riesgo en el arbolado y la identificación de las patologías, de los posibles peligros y consecuentemente prescribir las futuras actuaciones que deban realizarse en cada ejemplar o grupo de ejemplares.

Inspección instrumental

Ocasionalmente, como complemento a la evaluación visual, cuando se generan dudas sobre la estabilidad del arbolado y se considera necesario obtener información adicional sobre el estado estructural de la madera, se realizan otras pruebas instrumentales alternativas, con instrumentos de testificación de la madera (resistógrafo y tomógrafo sónico), con lugol para la tinción de almidón, mediante el test de tracción o con otras pruebas que se consideren necesarias para el diagnóstico del árbol.

Determinación de la probabilidad de fractura o caída

La determinación de la probabilidad de fractura de ramas, tronco o el vuelco de ejemplares se realiza estudiando cada caso tras el examen visual y, en su caso, tras las pruebas instrumentales pertinentes.

Considerando todos estos elementos, se analiza la probabilidad de ocurrencia de daños por fallo a nivel de base o raíces, tronco y ramas, que será mayor cuanto mayor sea el número de defectos que se sumen en el árbol. Con estos datos, unido a la evolución esperada del ejemplar en función de la vitalidad del árbol y a las características de los hongos de pudrición o de otros agentes que puedan repercutir en la evolución futura del ejemplar, se realiza una valoración global del riesgo del árbol mediante un modelo matemático de valoración de Riesgo del Arbolado, que está basado en estudiar los tres aspectos principales implicados en la evaluación del riesgo:

  • Defecto/problema
  • Altura y peso (de las partes que puedan caer).
  • Diana

De la ponderación y suma de estos tres aspectos del riesgo se obtiene el riesgo del árbol, su probabilidad de provocar un accidente y la gravedad del mismo de llegar a producirse.